La navegación hasta la reserva natural de punta loma, no lleva más de 25 minutos, y cercanos a la zona de inmersión ya se empiezan a divisar las aves típicas del lugar y las formas imponentes de los acantilados.
Es útil antes de hacer una inmersión de este tipo realizar algún avistaje fuera del agua, para ver y comprobar la diferencia de comportamiento en la tierra y en el mar. Obviamente su forma de moverse es otra. Cualquier presencia humana en la restinga o en la playa los hace ir al mar, pero en el agua sucede lo contrario.
El grupo no excede las 6 personas por salida.
Apenas se inicia el descenso, que no superara los 8 metros, los lobos curiosos e inquietos van apareciendo alrededor de los buzos. El juego es inofensivo y pacífico. No hay que temerles porque parece gustarles la presencia de la gente en su medio y no son agresivos. Dada la poca profundidad, la inmersión suele durar unos 45 minutos y la presencia de los lobos es casi constante. El lobo marino de un pelo (otaria flavescens) es una especie que se distribuye en toda la costa de Península Valdés.
Los machos, con su espesa melena y su cabeza de gran tamaño llegan a medir 2.50 metros y a pesar 350 kilos.